Hace tiempo que quiero escribirte algo acerca del libro de las sandalias plateadas.
Más allá de que me gustara mucho, y de agradecerte que me hayas hecho sentir un crisol tan amplio de sensaciones con todas y cada una de las historias que narras... Quiero darte las gracias por mostrarte a los demás de forma natural y entrañable. La empatía con lo que tratas temas tan dolorosos hacen que sean, a pesar del trasfondo, un regalo que sale desde un alma intensa y un corazón incansable, que se escapa a través de tu puño, a borbotones de tinta.
Tu curiosidad sale en terrenos en donde sólo los valientes quieren plantar. Bendita sea tu valentía, pues es el fin de la oscuridad y la cobardía.
En ese campo de cultivo donde tu sabiduría humilde hace un jardín para que los demás aprendamos a valorar las pequeñas cosas de la vida, tú te desenvuelves como ninguna.
Crear, amoldar y guiar, conducir a las personas para ayudarlas y hacer sentir un rosario de ternura y compasión según se van desgranando las páginas de tu libro. Quisiera haberte dado solamente las gracias... Pero que pocas son las palabras de agradecimiento a veces, en comparación con lo que puedes hacer sentir a los demás.... Curiosamente con un puñado de palabras.
Muchas gracias amiga.
Miguel Ángel Gómez